viernes, 5 de febrero de 2010

El uso del poder y el fracaso de los políticos




Cada vez estoy más convencido de una cosa: muy pocas de las personas que ostentan o han ostentado el poder en cualquiera de los marcos institucionales posibles, parecen renunciar a cobrarse una deuda por su labor, alegando la dedicación exclusiva en el desempeño de su papel de colaboración social.

Partamos de la base de que los sueldos y extras de las personas que ostentan un cargo público que no haya sido adquirido por concurso oposición es razonablemente bueno, consideremos así mismo que hay personas que han decidido voluntariamente ser participes con su tiempo y con su esfuerzo a trabajar en la búsqueda de soluciones a los problemas que la sociedad demanda abordar y después analicemos el perfil del político.

Es lógico que el político de hoy en día sea cuestionado y poco valorado, porque su perfil habitual no se corresponde con la naturaleza de la persona que un buen día tomo la decisión de ponerse a disposición de la sociedad para afrontar con sus competencias, con su tiempo y dedicación, esos problemas que hemos mencionado anteriormente.

Estos Señores han perdido la identidad del buen político y en vez de afrontar los problemas de la sociedad, se encargan de generar otros a diario, realizando comentarios irónicos sobre la gestión de otro partido o simplemente encizañando el panorama político con animo de limitar a sus rivales, por cuestiones que en muchas ocasiones no son del interés de la sociedad a la que representan.

Esta situación no hace más que entristecerme sobre todo porque cada lustro que pasa, la espiral va haciéndose más grande y acaba por envolvernos de tal manera que muchos asumimos que los políticos tienen que desempeñar ese papel, porque si no dejarían de ser lo que son.

Estos "usuarios del poder" otorgado democráticamente tienen una debilidad más: por regla general entienden que la sociedad esta en deuda con ellos y que por lo tanto deben de cobrársela irremisiblemente.

Cada cual pone un precio diferente a esa deuda, siendo reconfortante entre ellos el auto convencimiento de que lo que hacen esta bien: prevaricación, cobro de comisiones ilegales, disfrute de sobresueldos, abuso de poder y autoridad...

No todos los políticos son iguales, pero por favor ¡no me digan que no se pueden tomar acciones contra lo que está ocurriendo! Les voy a dar pautas irrenunciables que cualquier sistema de mejora implantaría:

- Creen un sistema de control eficiente del político y que evalué al mismo no por el número de votos, sino por la honestidad de su cargo público y la ausencia de trapos sucios. La policía tiene desde hace mucho un departamento de asuntos internos que incomoda a los que tienen la debilidad de pensar en que hacer con su entorno de poder y funciona.

- Creen listas electorales abiertas y no partidistas, así podremos votar a las personas y no a los partidos.

- Examinen puntillosamente las relaciones entre aquellos que logran enriquecerse rápidamente y los políticos a través de la especulación, recalificación de fincas ...

- Realicen un evaluación comparativa de la actividad judicial de alguno de los jueces del Constitucional que haya sabido articular modelos de gestión eficiente para desenmascarar, juzgar y encarcelar a todo tipo de elementos sin prejuicios.

- Aléjense del amiguismo y detecten en sus filas, personas que les representan que son un obstáculo para la política, objetivos declarados e imagen de sus partidos.

- Declaren, como hacen las empresas con los residuos generados, la cantidad de millones que sus colaboradores, afiliados, alcaldes... han heredado por el uso de poder y dígannos que acciones han llevado a cabo con ellos. Demostrarán que han hecho limpieza y que tienen un punto más a favor para darles mi voto y el de muchísimos ciudadanos más.

- Formen a todos sus colaboradores y realicen test psicológicos previos a la asignación de cargos.

- Confíen en las asociaciones de vecinos, en las organizaciones no gubernamentales, en organizaciones de apoyo a la sociedad y no les den la espalda por beneficiarse en sus ayuntamientos o sedes de partido de los euros recibidos de alguna entidad privada que esta interesada en un solar o una finca para su reutilización o explotación.

Valoren sobre todo a las personas, de forma que nosotros les devolvamos nuestra valoración positiva, porque Señores políticos ¿no se han dado cuenta de cómo les evaluamos tras las diferentes encuestas y lo poco que han mejorado ustedes?.



Y por deferencias añado este enlace de un periodista brasileño: No le falta razón.

http://www.youtube.com/watch?v=eppF4vcjb5E

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