miércoles, 30 de mayo de 2012

Mira por donde, quien es el que gana

Buenas tardes a todos.

Desde hace un tiempo estoy dedicando 2h de mi tiempo libre diario a traducir un ensayo del periodista DP Barnard "El crimen más grande" y que trata de como las élites nos están jodiendo con un plan estructurado y criminal.

En este texto amplio (Parte del ensayo que entregare traducido al castellano al autor) y después de meses de no entender muchas cosas de las que están aconteciendo, os quiero facilitar acceso a información que considero esencial para que luego decidáis que hacer en el corto, medio o largo plazo. Yo ya he elegido mi camino: Luchar y resistir.


Los virus mortales hacen solo una cosa: devorar lo que encuentran hasta matar al organismo huésped. No es en absoluto una estrategia inteligente, porque incluso con el anfitrión se muere el propio virus. Las grandes elites industriales y financieras parecen comportarse de la misma manera. Para ellos el concepto de evaluación de riesgo sistémico - es decir, prestar atención a largo plazo a las consecuencias de sus apuestas en las empresas que habitan- es desconocido. Como se mencionó anteriormente, y  metafóricamente hablando, se las arreglaron para seleccionar a la vaca más apetitosa , pero la están ordeñando hasta la muerte.

Esto es crucial en el contexto de este ensayo, ya que  una de las preguntas más frecuentes que se presenta al público realmente después de saber  lo que nos han hemos hecho es: "¿Pero para que sirve  controlar la riqueza del mundo si nos hacen a todos más pobres y destruyen nuestras economías? ". La respuesta es importante, y por desgracia  petrificante. Formará parte del final de este escrito, pero te puedo decir que en cada caso lo anterior sigue siendo cierto: no se plantean el problema del mañana, de los nuevos pobres, las economías en colapso. Su horizonte es el día a  día, el cierre de la bolsa de esta tarde, el cobro de la deuda de mañana en la apuesta griega. Pero mira quién recoge, y cómo.

El punto de inflexión en el tercer milenio fue el momento en el que los frutos de 75 años de planificación Neo-mercantil neoclásica y neoliberal se presentaron a los pies de la élite. Los dos eventos más importantes de la época, la crisis financiera del 2007 a hoy y la implosión en curso de la Eurozona, le han regalado fortunas inimaginables. Se divide en cinco capítulos.

1) Las burbuja hipertrófica y una masa de estúpidos que se deja manejar.

Volvemos a la pregunta anterior: "¿Pero para que sirve  controlar la riqueza del mundo si nos hacen a todos más pobres y destruyen las economías? Dos respuestas. La primera parte desde el dogma económico de la elite, según el cual el Estado virtuoso gasta como las sabias familias, es decir gana más de lo que gasta. En otras palabras, equilibrar los presupuestos del Estado, y esto se ha convertido en una religión mundial. Pero como se mencionó anteriormente, en el momento en el que el déficit de  moneda soberana se reduce, de inmediato la sociedad y los ciudadanos que viven en ella se convierten en más pobres. ¿Y qué puede hacer la gente si sus ingresos bajan? O resignarse a una vida más pobre, o generar deudas. Entended que para muchos esto no es seguir disfrutando del aperitivo en la costa o poder comprar el Ipad3, sólo significa  sobrevivir con alquiler, comprar comida ,escolarizar, pagar los libros de texto, o dedicar dinero a la salud.

Durante los años 90, el presidente de EE.UU. Bill Clinton hizo todo lo posible para equilibrar el presupuesto de los EE.UU.. De esta manera, los americanos (excepto los muy ricos) y las empresas pequeñas y medianas se vieron obligados a asumir deudas para no hundirse. Pero millones de personas y empresas que crean deuda significa que en otro lado se crea una cantidad equivalente de riqueza financiera en manos de quienes emiten los préstamos. El sector financiero se está expandiendo muchísimo en comparación con las cosas concretas que se producen, y ahora tiene miles de millones de miles de millones de deuda emitida por los ciudadanos y las empresas (como ocurrió en Francia, España, Irlanda). La tentación por parte de los acreedores para jugar con todo ese dinero (ficticio) es enorme. Y así lo hicieron, creando un mundo surrealista de productos financieros que consisten en la deuda empaquetada, derivados, a continuación, volver a re-empaquetar, dividirlo en más y más productos que se venden por el mundo como inversiones seguras. Allí cayeron los bancos más grandes del mundo, los estados, inversionistas, incluso los municipios. Pero era obvio que estas apuestas que se jugaban en función de la deuda de todo tipo de personas harían que  estallasen en un desastre global. El economista Randall Wray de la MMT dice: "Ellos compiten para seleccionar los productos más arriesgados y venderlos disfrazados de  inversiones seguras apostando en hipotecas  de alto riesgo, donde el ganador es capaz de  adivinar si el deudor  pagará o no (...) Por cada dólar  en el sistema real, había 5 falsos, y una gran cantidad de otros productos inventados en los productos derivados. (...) Pero incluso empaquetan las deudas de las tarjetas de crédito, de los estudiantes, cualquier cosa"(35).

Fue un arrebato de furia y de codicia que se apoderó de muchos, incluyendo a los pequeños inversores, pero se debe saber que cuando algo, obviamente, tiene mucho éxito en el mercado su precio se dispara, provocando el fenómeno conocido como "inflación de activos financieros" ( 36). Y esta inflación se convierte en un enorme globo, que luego se convirtió en una burbuja cósmica que acabó por estallar como siempre ocurre en este tipo de  burbujas nefastas. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que en los juegos tan altruistas y engañosos ganaron sólo unos pocos expertos, que seguramente son los que inventaron el juego y sus reglas, inteligentes, y que van unidos al poder y al derecho y que son los ganadores del tsunami. Son los inversores como Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Bank of America, Barclays Capital, Credit Suisse, Deutsche Bank, UBS, HSBC, BNP Paribas, ING Groep, Banco Bilbao, Rabobank, Banco Santander, Nomura, Wells Fargo, Societé Generale, o los tiburones de los hedge funds como Bridgewater, John Paulson, el Fondo Soros, Goldman Sachs Asset Management, Tricadia, Magnetar, que especulan dentro  de la especulación con las apuestas altruistas de otros. En otras palabras, aquí está la élite que ingresa monstruosamente, los intocables, que rozan la cárcel, pero no acaban dentro nunca. John Paulson y su fondo de cobertura, que conspiró junto con Goldman Sachs, recibió 12 mil millones (sic) de dólares de esta crisis, que ellos han orquestado en gran medida y que mientras tanto  estaba arruinando millones de vidas. Las cifras recogidas por  otros son de dominio público, no voy a detenerme aquí en listarlas.

En resumen: uno de los principios básicos de las elites  neo-clásicas ,  Neo mercantiles y  neoliberales, que es equilibrar el presupuesto, se utilizó para llevar a muchas empresas a dificultades financieras. El endeudamiento de los hogares y las empresas llegaron hasta las estrellas y luego fue utilizado por una camarilla de especuladores para hacer miles y miles de millones. Casi todos los demás hemos perdido. Ríos de trabajadores están sufriendo enormemente, millones de empresas alrededor del mundo no están cumpliendo, los municipios han sido estafados y tienen enormes agujeros en rojo, los gobiernos deben sumergirse en el gasto deficitario negativo para la salvación, también la de los mega-bancos delincuentes, porque si no nos arrastraría hacia abajo aún más. Ahora entendéis por qué los llamo criminales.

2) La riqueza desinflada, súper ganancias.

Por segunda vez: "¿Pero para que sirve  controlar la riqueza del mundo si nos hacen a todos más pobres y destruyen nuestras economías?”. Para entender la segunda parte de la respuesta, hay que entender lo que significa la espiral de la deflación económica impuesta.
Y esta, es una de las partes del plan  que es tan fascinante como diabólica por la forma en que fue concebida. Recordemos que según la teoría económica de la Teoría Moderna del dinero y como se puede ver incluso por los acontecimientos de hoy en día, los efectos de tres dogmas del plan  neo-clásico, Neo mercantil y  neoliberal (es decir, a) la prevención de la contratación plena para evitar la inflación, b), Son necesarios salarios más bajos para la creación de empleo, c) la moneda euro no es moneda soberana y todos los Estados deben de pedir prestado) se unió a la histeria del déficit en la reducción de naciones enteras en la espiral de gasto deficitario negativo y el chantaje de los inversores internacionales . Pero, ¿cómo sucedió esto exactamente?

Imaginemos una sociedad que vive en una nación soberana (la sociedad se define como el conjunto de todos los ciudadanos y de las actividades particulares o privadas, excluidos las del Estado y su sector público). Imagine  esta sociedad como si fuese un recipiente. En ella habrá dinero, en cantidad  X (las cuentas de dinero, bonos del estado, cuentas bancarias, deudas, etc.). Normalmente, cuando alguien hace dinero en una sociedad significa que alguien más lo ha gastado, entonces el dinero  solamente pasa de un bolsillo a otro. Incluso cuando alguien acumula una fortuna lo que ha sucedido es que un determinado flujo de dinero se ha desplazado de muchos bolsillos para que ese hombre sea rico. Recuerde siempre que hemos excluido al Estado de este razonamiento. Así que estamos hablando de la riqueza financiera, que gira en torno a nosotros de aquí para allá y de allá para acá, en función de quién paga y quién recibe. No hay dinero neto nuevo en adición al recipiente, pero siempre hay entradas y salidas de los bolsillos de los que mueven el dinero. Aun cuando los bancos creen crédito, que se compensan con la deuda de aquellos que la reciben a continuación, de nuevo,  nada se añade al recipiente. “Al neto” significa dinero que se añade sin que ningún otro haya contraído una deuda en consecuencia. Esa es la verdadera riqueza que beneficia a todos.
Ok, tenemos estos contenedores llamados sociedad que de por si no pueden  crear nueva riqueza financiera neta. El dinero sólo puede correr en círculos. La única oportunidad de obtener la riqueza financiera nueva es que alguien desde el exterior inyectase dinero. Y sólo hay dos entidades que pueden hacer esto: el Estado (siempre que tenga moneda soberana) o naciones extranjeras. El Estado lo hace gastando más de lo que  tasa, es decir, acredita dicho dinero  de las cuentas de los que venden cosas o servicios más que con las deudas tributarias. Las naciones extranjeras lo hacen comprándonos productos más de lo que ellos nos venden allí. Así que si una empresa espera crecer en la riqueza financiera neta sólo puede basarse en el déficit del Estado o en las exportaciones. Las exportaciones, sin embargo, son impredecibles, por lo que la fuente más confiable de la nueva riqueza neta es el estado con moneda soberana, que puede  gastar deficitariamente sin problemas reales (como se explica en la parte técnica de este ensayo).

¿Pero qué sucede cuando el dinero neto nuevo llega a la sociedad? Si el gobierno dirige el gasto para la compra de cosas que nosotros ofrecemos (bienes + servicios), se aumenta la productividad y con ella la protección de los ciudadanos (es decir, el gasto de déficit en positivo), entonces, inevitablemente, va a enriquecer a las empresas, a crear puestos de trabajo, aumentar los salarios y por lo tanto el ahorro de ambos se destinará a enriquecer a alguien nuevamente, redistribuir, generar más empleos y así sucesivamente en un círculo vicioso. La economía se beneficia de ella e incluso las personas. Ok, ahora paremos todo. Y hacemos esta ruta en sentido inverso.

Imaginemos que el gobierno deje de verter más dinero en el recipiente de lo que tasa en impuestos, en otras palabras, detiene el gasto deficitario positivo, porque los dogmas económicos actuales como la histeria del déficit lo requieren (como sucede en el mundo real). En ese momento, las compañías esperan vender cada vez menos, y entonces contrataran menos, aumentando el desempleo y la caída de ahorro de los hogares, la gente va a gastar menos, disminuye la demanda de productos y la economía también se resiente. Típicamente en este punto llegan las recetas para la recuperación económica dictadas por la  propia elite neo-clásico, neo-liberal y Neo mercantil:  los salarios se recortan, el pleno empleo se  evita para mantener a raya la inflación, o incluso privan a los gobiernos de su poder adquisitivo (como en "la zona del euro). Recetas que solo pueden empobrecer aún más a esa sociedad. Una espiral entonces genera ingresos aún menores, menos demanda, menos ventas en todo el mundo, las empresas terminan con aún mayores problemas, despiden a más gente, los gobiernos deben intervenir para poner los costosos (e innecesarios) parches para amortiguar los gastos sociales y rescatar a los bancos y entran en más y más  gastos deficitarios negativos. Pero esto no es todo. La bajada  del PIB y el déficit del Estado parecerá ya aún más hipertrófica (ya que el déficit se calcula en relación al PIB, y si este baja, el porcentaje de déficit crece). A continuación, los mercados y las agencias de calificación (las que dan los valores a la calificación de las economías) inician a  alarmar, y a menudo dudan sobre la solvencia económica de los gobiernos. El Financial Times, comentando los problemas de España, ha escrito eficazmente que "es probable que sean víctimas de entrar en un círculo vicioso de fracasos que lleven nervios a los mercados y  que conduzcan  a otros fracasos y aumento de los impuestos…" (37). Los Estados sometidos a esta espiral se hunden cada vez más, y por lo general este es el momento en el que entra en funcionamiento el Fondo Monetario Internacional y los asesores económicos neoclásicos y neoliberales, los de la "terapia de choque" infame, lo que sin duda requiere aún más de este medicamento desastroso: el gobierno debería ahorrar dinero y reducir en todas partes, especialmente en el estado de bienestar y en los salarios del servicio civil. Los recortes convierten a los ciudadanos en cada vez más pobres, y las empresas sufren más y más, y la espiral maldita toma aún más ímpetu. Estamos justamente en el centro de la Espiral de deflación económica impuesta.

En el caso de la zona euro, de la que me ocuparé en detalle más adelante, hay un nuevo golpe a la estabilidad económica. Es causado por la toma de conciencia por parte de los mercados internacionales que una moneda no soberana como el euro no es sostenible, porque todos los Estados que se adhieren deben pedirla prestada y no la pueden emitir. Y la Eurozona ni siquiera dispone de una autoridad de gasto central, que hace que la cosa sea aún peor. Para los Estados del euro el riesgo de quiebra en este momento es real, y es por eso que están constantemente sujetos a la desconfianza de los mercados, lo que empeora el desastre de la espiral de los conjuntos de deflación económica. Y no me acusen de sadismo si continúo: ya que los 17 Estados de la Eurozona son todos presos de una moneda única a pesar de tener economías muy diferentes, los más débiles no pueden ayudar con su competitividad mediante la devaluación  voluntaria de su moneda soberana(no la  tienen, la perdieron) . Ellos también están limitados por el gasto deficitario positivo por los Tratados de la UE (Pacto de Estabilidad, por ejemplo.), Momento en que la única alternativa que queda para ser competitivos es  devaluar ... ¿adivinen qué? Los salarios, de nuestro trabajo. Que llevará a consumir cada vez menos, más empresas en crisis y aún más combustible en la espiral.

De este modo, naciones enteras y sus gobiernos caerán en las manos de las "clases de depredadores" llamados inversores, especuladores y grandes corporaciones. El economista estadounidense Robert E. Prasch del Middlebury College, recuerda el caso de Irlanda que después de la crisis financiera  se "ven obligados a vivir bajo una política económica dictada por los controladores extranjeros que no han sido elegidos extranjeros y no rinden cuentas a nadie - al igual que sucedió en los 800 años de  hegemonía británica" (38 ).Las personas sufrirán enormemente, pero porque se les "vendió" el mantra de los sacrificios necesarios para salvar la economía. Es una mentira, un engaño realmente criminal. Y ahora los tiburones llegan a la fiesta de la catástrofe de la espiral de deflación impuesta, y aquí está descrito cómo:
En primer lugar, las empresas Neo mercantiles ofrecen masas de desempleados y subempleados que están en guerra por los pocos puestos de trabajo existentes y están dispuestos a aceptar salarios escandalosos, con menos derechos y más horas. Las empresas ven a esto una clara ventaja de costos en los mercados internacionales y fundamentalmente en las exportaciones internacionales, que es donde  realmente les apasiona estar. En otras palabras, " enormes bolsas de trabajo casi al precio de mano de obra China, pero aquí en casa" (39) que se unen a la fuerza de trabajo ya localizada en el sur del mundo para garantizar súper ganancias. El caso de Alemania es emblemático: en los últimos 5 años las empresas alemanas han disfrutado de un aumento de la productividad del 35% con  salarios que crecen a la mitad de la media europea (40). Y así es como las masas de pobres que trabajan en los bolsillos del Neomercantilistas les traen suerte y fortuna. Según lo determinado por el economista jefe de la Teoría de la Moneda moderna, Randall Wray, "Ellos piensan que cuando la deflación se come más  económicamente a una nación, más se convierte en un paraíso de la especulación, las exportaciones competitivas, y la privatización salvaje" (41). Este estado de las cosas es la predicción de lo que anteriormente el economista francés François Perroux dijo 60 años antes. Él dijo: "El futuro será garantizar la supremacía de la nación o naciones que imponen la pobreza que genera súper ganancias y la acumulación de las mismas" (42). Por otra parte, la espiral de la deflación económica impuesta  abrirá la puerta a los especuladores que hundirán sus dientes en nosotros y nos desangrarán aún más. He aquí cómo.

3) Podemos apostar ...

Apostar  dinero en negocios con la esperanza de hacer más, no hay nada particularmente nuevo. En La Política, Aristóteles nos dice cómo el filósofo Thales ya en el siglo sexto antes de Cristo había hecho una apuesta ganadora en la recolección de la aceituna del próximo año, desbancando el mercado. Sin embargo, uno de los desarrollos más preocupantes de la modernidad fue la sofisticación de las apuestas financieras. Hasta hace pocos años muy poca gente, incluso entre las personas que se encuentran entre los intelectuales, nunca había oído hablar de 'derivados'. Estos son productos financieros cuyo valor se deriva de otra cosa: puede ser un evento político o financiero, o algo natural de peso que determina el valor final de estos productos, o los movimientos de acciones, bonos o recursos, etc. Son operaciones de riesgo que se pueden gestionar con éxito sólo por los inversores profesionales. Por encima de todo, son el producto de construcciones matemáticas complicadas, inventadas por los mejores talentos matemáticos de las universidades. Cualquier otro encuentra muchísimas dificultades para entender nada en esos laberintos financieros, incluso los gerentes que los comisionan. El gobernador del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, está en un expediente por decir que él no entiende gran cosa: "Estamos tratando de entender lo que está sucediendo, pero es un desafío loco", declaró (43). El prestigioso Financial Times puso a trabajar juntos a un equipo de especialistas encabezados por Gillian Tet y a este grupo le costó más de un año empezar a entenderlos.

Sus nombres son igualmente obtusos: Credit Default Swaps,
Credit Default Obligations( Obligaciones de incumplimiento crediticio), Banner Swapping (la bandera del intercambio), Over-the-counter contratcs, entre otros. Pero lo que nos interesa aquí es revelar cómo estos derivados están ayudando a las élites para extraer enormes beneficios de la destrucción de naciones enteras. Como hemos visto estos países pueden ser empujados en una espiral de problemas económicos que benefician a los Neomercantilistas. Uno de los elementos centrales de la espiral de deflación económica impuesta es el pánico del mercado de deuda pública de los Estados, que en su mayoría se desencadena cuando las agencias de calificación muestran su nerviosismo ante la posibilidad de ciertos gobiernos para cumplir con sus obligaciones. Si este nerviosismo no baja rápidamente, las deudas nacionales se clavan en la pared y el pelotón de fusilamiento de los sospechosos de siempre no tendrá misericordia. En este punto, los especuladores, individuos, fondos de cobertura o las instituciones financieras privadas- desatarán una ola de apuestas en contra nuestra de nuestra deuda con sus derivados inestables. Las apuestas, claro está, cuando todo esta amañado les traerá suerte y fortuna. Éstos son algunos de los casos simplificados para entender cómo funcionan.

Ejemplo 1. Grecia está al borde del abismo. Su deuda nacional está bajo el fuego enemigo, el interés que paga para convencer a los inversores a comprar sus bonos son muy altos. Por supuesto, cuando el gobierno aumento los impuestos, el valor de sus acciones se desplomó. Este es un buen momento para que los especuladores hagan sus apuestas con derivados en contra de la deuda griega. Su apuesta es que la deuda se sitúe en un valor aún más alto. Piden prestado una porción del valor de la deuda griega (por ejemplo) 500, de inmediato lo venden por ese valor e ingresan en sus bolsillos los mismos 500. A continuación, esperan para ver si sus predicciones sobre la disminución del valor de la deuda se hace realidad, y nos imaginamos que esto suceda (por razones que explicaré en un momento), momento en el que los especuladores compran de nuevo la misma porción de deuda griega que ahora tiene un valor de sólo 400, y vuelven. Recogieron 100, limpios. (Por favor, recuerde que cuando hablo de estas cifras simplificadas me refiero a millones o miles de millones de euros)

Ejemplo 2. Estamos siempre en Grecia. Un especulador hace un trato con otro: a fin de mes le venderá una porción de deuda griega que asciende a 500. El otro se compromete a comprar la deuda de 500. El especulador primero en realidad no tiene ninguna deuda griega, pero apuesta a que va a disminuir de valor antes de la final de ese período. El otro apuesta en la dirección opuesta, es decir, que el valor de la deuda aumentará. Por lo tanto, si la deuda se reduce, el primer hombre se impone ya que al término del mes compra  esa parte (por ejemplo) 400 y se la puede vender al otro por el precio acordado de 500. Gana 100. En el caso contrario, si el valor de la deuda  aumenta, vence el segundo que compra la parte acordada de 500, mientras que ahora vale la pena (por ejemplo) 600.

Ejemplo 3. Necesita de una pequeña explicación. En el mundo de las finanzas internacionales hay pólizas de seguros que un inversor puede comprar para protegerse contra posibles pérdidas o  apuestas erróneas. Se les llama Credit Default Swaps (CDS). Si las apuestas de los inversores son muy arriesgadas, la aseguradora elevará el precio de los seguros CDS. Así que en el mundo de los mercados financieros, el aumento del precio de estos CDS indica que una inversión es peligrosa e inestable. Los CDS se venden para proteger a aquellos que son dueños de un pedazo de la deuda soberana (bonos) en contra de la posibilidad de que ésta se deprecie por el juicio negativo de las agencias de calificación. Ok,  volvamos a Grecia. Un grupo de muchos especuladores compran pólizas de seguros CDS contra la depreciación de la deuda griega, pero su apuesta es que la depreciación de hecho va a  ocurrir. También pueden hacer esto si no tienen adquirida ninguna deuda, diciendo que uno está seguro de una casa que no es suya.  Pero tenga en cuenta la secuencia: la compra de muchos CDS  de la deuda griega hará que aumente su precio, y debido a que su subida de  precios indica que el objeto asegurado es peligroso e inestable, los mercados creerán que la deuda griega está en riesgo de inestabilidad. En respuesta a estas alarma, las agencias de calificación de la deuda declasificaran la deuda de Atenas, y el efecto dominó del precio de los CDS de Grecia considerada muy arriesgada aumentará de nuevo, y los especuladores, que habían comprado muchos, los pueden revender con pingues beneficios.

Todas estas apuestas se denominan  “ shorting” (crear corto circuitos). Y las tres están amañadas. Por ello: En todos los ejemplos, el factor crucial para ganar la apuesta es que la deuda se deprecie, la pérdida de valor. Sabemos de lo escrito anteriormente que las recetas neoclásicas, políticas Neo mercantiles y neoliberales siempre se aplican en las economías con problemas y están diseñadas específicamente para enviarnos directamente a la espiral de deflación económica impuesta. Cuando esto sucede, la deuda nacional parece cada vez más inestable y, desde luego perdemos valor con los amaños de las agencias de calificación. Así que los especuladores están apostando a algo que es casi seguro que sucederá, mientras que sus 'amigos' como el FMI y las agencias de calificación les allanan el camino. Es como  apostar a que la ventana se va a desintegrar, porque sé de un amigo mío hoy por la noche  tirará piedras contra ella. Pero en el tercer ejemplo, las cosas son aún más criminales. De hecho, aunque  un caso de deuda soberana no tenga prácticamente riesgo, la compra por las masas de los especuladores de los CDS sobre la deuda es a menudo suficiente para causar el pánico que causará la depreciación, lo que garantiza fortuna a los especuladores que la están buscando. Esto ocurre más fácilmente en el caso de los países con una deuda en moneda no soberana, como es la zona del euro.
Ahora tenga cuidado: estamos hablando de apuestas que desestabilizan a  naciones enteras,  sus familias, trabajadores y empresas. Ya que están sufriendo  la Espiral de la deflación económica impuesta, y que estos especuladores van a  empujar más y más al borde del barranco. Ellos cobran estas fortunas de millones de ciudadanos que van a  vivir más en la incertidumbre,  en la pobreza, en el desempleo, y  realmente no era necesario. Estos criminales saltan de un país a otro en sus ataques, y nadie puede detenerlos.

4) Vender los cubiertos de plata, de casa.

Y ahora vienen los inversores de élite. Se colocan en el centro de la espiral de  deflación económica impuesta y desempeñan el papel de voluntariosos compradores  de activos públicos para ayudar a los gobiernos a reducir el déficit. Las privatizaciones son descaradamente uno de los pilares de la "terapia de choque" que manipulan los  neoliberales y suministraran a los países deudores. Pero aquí el engaño es total. No sólo porque el dogma económico del inversionista de élite  ha obligado a los gobiernos en la espiral de deflación económica impuesta a la necesidad de privatizar, sino también porque sabemos que cualquier estado con una moneda soberana no tiene ninguna necesidad de privatizar nada en honor a su deudas. Pero seguimos, porque el fraude se hace aún más peligroso que eso. Es bien sabido que los países agobiados por el gasto deficitario y la histeria del déficit negativo por lo general  se proponen privatizar todo lo posible para recaudar dinero para equilibrar el presupuesto. Sin embargo, debido a la espiral de deflación económica en la que fueron obligados a permanecer por los manipuladores conocidos, sus activos son devaluados al pertenecer a economías devaluadas. A continuación, se venden a precios bajos. De esta manera, los inversionistas pueden obtener de la élite bienes públicos a precios de ganga que costaron inmensos  sacrificios ae  generaciones de trabajadores para que se construyesen. Los ciudadanos se encuentran en la condición grotesca descrita con sagacidad por el primer ministro británico, Harold Macmillan, tales como aquellos que "tienen que vender la plata de la familia" ... ", sólo para luego tener que alquilarla para cenar", y que agregó años más tarde otro perspicaz comentario (44).  De hecho, una mirada superficial a la historia de la privatización en Occidente como en otros países en desarrollo, muestra la evidencia de un beneficio económico microscópico para los estados, y por lo tanto un impacto mínimo en la reducción del déficit, en comparación con aumentos en las facturas de servicios a pagar por  los ciudadanos en todos los servicios privatizados que en su día fueron públicos, incluyendo muchos que  con anterioridad eran gratuitos (45).

Es una cuestión de simple lógica: los servicios a los ciudadanos como la sanidad o la educación no se pueden gestionar como si fueran un negocio con fines de lucro, sólo por el hecho de que la vejez se está expandiendo demográficamente, debido a que aumenta el standard en las escuelas. Los avances en estas áreas de privatización sólo significará una cosa: la exclusión de las listas de aquellos clientes que no cuentan con medios suficientes para pagar, como ya sucede en el estado de los sistemas privados de EE.UU. y GB.

Así los inversores de elite adquieren pedazos de bienes públicos con descuentos, pero esta estrategia se hace aún más socialmente devastadora por al menos otros dos fenómenos: las slimming down operations (operaciones de adelgazamiento) y la captive demand (demanda cautiva). La primera es un truco que usan los mercados de renta variable para exprimir el mayor valor posible de una empresa privada, sin dedicarle dinero a su cura: la nueva dirección optará por  "adelgazar la estructura" (reducir el número de empleados) con la excusa de los recortes necesarios para que la empresa sea rentable . El Estado lo hace a menudo como base para ajustar gastos y remediar el déficit negativo, con el consecuente desastre social de los trabajadores. La compañía ahora es vista por los inversores como atractiva, ya que ha reducido el costo de mano de obra, y ve de inmediato un aumento en el valor de sus acciones, y cuya gestión va a derivar de por si fabulosos aguinaldos, sin preocuparse demasiado por el destino de esa actividad. La demanda cautiva  requiere de una estrategia de inversión segura que está cada vez más de moda entre la elite: se apresuran a comprar los servicios esenciales de los ciudadanos que los gobiernos quieren privatizar: agua, electricidad, gas, autopistas, trenes, salud, telefonía e incluso prisiones o  cementerios - porque se trata de servicios de los que el ciudadano no puede prescindir, y se ve obligado a solicitar, y a pagarles. Podemos renunciar al último Ipad, decidimos que no vamos a ser clientes de los restaurantes este año, pero no podemos dejar de beber, cocinar, calentar, ir al trabajo o dejar de enterrar a un ser querido fallecido. De este modo, nos convertimos en clientes prisioneros de esos servicios privados y por lo tanto contribuyentes forzados a aportar los beneficios a los que los poseen y a cualquier precio. El economista Randall Wray nos recuerda que "el hombre más rico del mundo es Carlos Slim, que posee  las telecomunicaciones mejicanas. Los mexicanos son en su mayoría pobres, pero no pueden dejar de usar el teléfono, tal vez comen menos, pero el recibo del teléfono lo deben de pagar."

Añadimos una pequeña pieza a esta vergüenza: Para cada privatización importante de  bienes públicos, los grandes bancos de inversión están obligados a prestar sus servicios, e realizan millones de dólares en gastos que luego se agregan al costo total de la privatización. ¿Y adivinen quién va a pagar?

En resumen: el empobrecimiento de una economía en su conjunto permite a los inversores  de la elite adquirir  bienes públicos inmensos a precios de ganga, y  sacar provecho de esto con otros  bonos financieros también fabulosos y que obligan a los ciudadanos a pagar por servicios que serán proporcionados en el futuro a cualquier precio.

5) El gran final del AGCS ...

Y finalmente está el AGCS, el gran final que las elites están preparando para esta parte de su plan. Como ya se mencionó, que siempre tratarán de consolidar sus intereses en las leyes supranacionales. AGCS significa Acuerdo General sobre Comercio de Servicios y es uno de los capítulos más preocupantes de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se está discutiendo ahora entre sus 153 países miembros. Una vez ratificado por ellos, el AGCS se convertirá en ley nacional y las naciones que lo violen estarán sujetas a fuertes multas decididas por el tribunal de la OMC (46). El AGCS trata propiamente de servicios, incluyendo en primer lugar los imprescindibles. Exige a los Estados  resolver dentro de una determinada fecha una lista de los servicios públicos  para ser posteriormente  privatizados, y todavía tiene varios plazos que han caducado debido a las disputas entre los gobiernos. Dicho esto, aquí y no siendo  capaz de escribir un tratado sobre este acuerdo inmenso, es importante poner de relieve algunos puntos: AGCS alimenta las ambiciones de la élite neoliberal ya que  su objetivo general consiste en arrebatarle a los estados, es decir privatizar, el mayor numero de servicios posibles, tales como educación, salud, pensiones, agua, alcantarillado, bibliotecas, servicios públicos, autobuses escolares, servicios de emergencia, etc. Simplemente establece el régimen legal para  el futuro de la famosa "demanda cautiva" (véase más arriba) y que contiene normas que prohíben a los gobiernos nacionales y también a las autoridades locales / regionales  hacer valer las normas y las leyes que hoy en día son favorables a los consumidores, los trabajadores y también a ciertas empresas. Esto es así porque el sentido de todos los acuerdos de la OMC  son supranacionales, y por lo tanto que también tiene el AGCS, que es el de crear un principio de "ambiente menos restrictivo posible" para el mercado libre. Se establece que si una ley nacional o local impide el libre flujo del comercio - por razones de protección de la salud / Medio ambiente, para promover un sector concreto nacional, o para proteger a las empresas locales del asalto de las multinacionales - a continuación, estas reglas pueden ser impugnadas ante el tribunal de la OMC en Ginebra. En ella, tres tecnócratas no elegidos tienen el poder de sancionar al Estado con enormes multas por desobedecer los acuerdos (tan inmensas que incluso los EE.UU. cedieron en el pasado). Así que  el AGCS, una vez ratificado,  entregará pondrá a  millones de personas, capaces o con discapacidad, jóvenes o viejos, sanos o enfermos - en manos de proveedores privados de servicios esenciales a la búsqueda de beneficios únicos, y sin ningún tipo de regulación pública que nos proteja (47 ). 

El AGCS es el último capítulo en el plan que tienen las elites para debilitar a  los Estados soberanos de cualquier manera.


En resumen: un acuerdo del poder supranacional en proceso de aprobación entre los 153  gobiernos que les obligará a  entregar los servicios esenciales a los grandes inversores, y con los que harán ganancias fantásticas. Un robo a mano armada con leyes irrefutables. 

lunes, 21 de mayo de 2012

Lo que se nos viene encima


Foto "Familia sin hogar, jornaleros en 1936" de la Biblioteca Franklin Delano Roosevelt, publicada en http://history1900s.about.com.
Aquí dejo una pagina de un blog encontrada recientemente para que sepais lo que hay y lo que viene.
Mi hermano Edu reconocerá que muchas de las cosas aquí expuestas ya las habíamos comentado en Barcelona este mes de Enero.

Queridos lectores,

El debate de ayer en Radio Libertad me ha sugerido la conveniencia de discutir un tema que alguna vez surge en las discusiones sobre la crisis energética: el hecho de que la escasez de energía no se va a manifestar de la manera simple que la gente esperaría. Muchas personas se piensan que si la energía es cada vez más escasa lo que debe pasar es que de repente haya grandes interrupciones de suministro de energía, ya sea en forma de petroleros que no llegan, falta de gas o de electricidad, colas en las gasolineras, etc. No es que ese tipo de cosas no puedan pasar o que no estén, de hecho, pasando ya (un rápido vistazo a la web Energy Shortage les mostrará hasta qué punto está escaseando la energía en el mundo en este momento). Incluso en algún momento podría pasar en la propia OCDE, como alertaba el informe de Lloyd's de hace un año y queya fue comentado en este blog (el informe consideraba posible que hubiera interrupciones de suministro de petróleo en el Reino Unido tan pronto como 2013). Sin embargo, no es de esperar que ese tipo de eventos traumáticos sean los que marquen la tónica del descenso energético durante los próximos años. La impresión que tengo cada vez más de lo que sucederá es que habrá cortes, sin duda, pero se atribuirán siempre a un empeoramiento de las condiciones económicas de la sociedad (falta de mantenimiento, falta de financiación, etc), empeoramiento el cual se pondrá siempre en un contexto aparte, como si fuera un hecho independiente y desligado de la crisis energética. Mientras tanto, las condiciones de vida de la mayoría serán cada vez peores, pero de una manera que será asumible y asumida. En suma, que el proceso de degradación económica y societaria subsiguiente al Peak Oil será, como dice John Michael Greer, un largo descenso.

El curso actual de los acontecimientos nos hace intuir que, si no se producen acontecimientos traumáticos que lleven a una reacción masiva y violenta (ya sea en forma de guerra o de revolución) habrá un progresivo descenso del nivel de vida de la población, y si es lo suficientemente paulatino la gente se irá acomodando a la nueva realidad, perdiendo rápidamente la memoria y/o la conciencia de que en otros tiempos las nuevas condiciones de vida hubieran sido inaceptables. No es nada insólito: en la década de los 30 del siglo pasado una nación avanzada y culta como Alemania fue capaz de abrazar, una parte con entusiasmo y otra parte sometida y acallada, una aberración como el nazismo. Si el nazismo hubiera intentado ascender de golpe en 1930 la sociedad alemana hubiera reaccionado en masa desterrándolos para siempre fuera de las instituciones; sin embargo, un curso paulatino de los acontecimientos modificó de tal manera las reglas y expectativas sociales que lo que en 1930 parecía una barbaridad se aceptó como lógico y natural, ya de grado ya a la fuerza, en 1933. Y si se mira con perspectiva histórica esos cuatro años no son nada, son un suspiro; son básicamente el mismo tiempo que llevamos en esta crisis económica que, como sabemos, no acabará nunca. Ya se sabe que para hervir una rana no se la debe meter en una olla con agua hirviendo pues saltaría fuera; lo mejor es meterla en agua fría y después ir calentándola progresivamente: así se dejará cocer sin darse cuenta. En esencia, ese proceso lento de desintegración de la concepción de la sociedad que tenemos ahora en los países occidentales (que incluye el Estado del Bienestar, pero también otros valores como la libertad de expresión y de oportunidades, el Estado de Derecho, etc) es lo que se podría denominar La Gran Exclusión. La exclusión de la mayoría de la ciudadanía de los beneficios sociales, de las libertades fundamentales, de la igualdad de oportunidades (al menos, delante de la ley). La expulsión de una parte mayoritaria de la población occidental en dirección hacia el mismo Tercer Mundo donde vive la mayoría del planeta, pero sin salir de casa - bueno, salvo cuando sean deshauciados. Una expulsión lo suficientemente lenta y bien publicitada como para que los desterrados en su propio país la interioricen como algo necesario, inevitable y hasta cierto punto merecido por su propia falta de competencia.


Síntomas de que un proceso así está en marcha los tenemos por doquier sin esforzarnos en buscar  mucho. Como digo, son cosas que no son excepcionales sino cotidianas en el resto menos favorecido del mundo, pero al ufano ciudadano occidental aún hoy le cuesta unir los puntos y trazar la recta que lógicamente le conduce de su bienestar de hoy a su precariedad de dentro de unos años. Contribuye a esta incapacidad de comprender la situación la cultivada soberbia occidental según la cual la clave de nuestro gran progreso material proviene de nuestra mayor inteligencia y capacidad de trabajo, sin tener en cuenta el muy relevante papel que ha tenido la transferencia de recursos naturales pagados a precio de saldo desde otras naciones menos favorecidas. Esta disonancia cognitiva del ciudadano occidental se ve espoleada por los medios de comunicación de masas, que comunican siempre las noticias sobre la situación económica como un hecho independiente de la gestión de los recursos y de prácticamente cualquier otra base material y sólo condicionada a la capacidad de gestión de los líderes políticos, empresariales y financieros. Pero como quiera que muchas veces se entienden mejor los conceptos abstractos por virtud del ejemplo concreto y la ilustración práctica presentaré en lo que sigue una buena colección de los primeros y una previsible sucesión de los segundos.


No es un secreto que las deudas públicas de los países occidentales no son sostenibles y que, de hecho, en algún momento todos ellos tendrán que reestructurar sus deudas de algún modo o lanzarse a fondo a la monetización de las mismas. Independientemente del camino que sigan, lo que parece claro es que la receta fiscal que se seguirá aplicando en la Unión Europea (y que aplicarán los EE.UU. tan pronto como muy tarde cuando los republicanos recuperen el poder) es la del recorte de prestaciones por parte del Estado; por de pronto, las prestaciones sociales puesto que no son productivas o lo son muy poco, pero al final se recortará también de las inversiones en Fomento. En el caso de España, delante de un paro que supera el 21% de la población activa total y el 45% en el caso de la población activa menor de 25 años, por un lado se suprimió la ayuda excepcional de 400 euros al mes para parados de larga duración sin otra percepción, y ahora se propone sin rebozo crearsubempleos que se paguen a 400 euros al mes y con mínimas prestaciones sociales. La coincidencia en la cifras del estipendio muestra que hay cierto consenso en los círculos económicos en que esta cantidad es la mínima para la subsistencia de una persona. En ese cálculo implícito o explícito de buen seguro se tiene en cuenta el apoyo del círculo familiar cercano de aquellos que caen en esas asignaciones de menesteroso, con lo que no sólo se está consiguiendo que se acepte que 400 euros al mes es una cantidad razonable, "la máxima que se puede conseguir dadas las circunstancias", sino que además se movilicen recursos del entorno de los afectados, que así son drenados y van empujando a un sector mayor hacia ese nivel de mera subsistencia. Para que los lectores que no viven en España se hagan una idea de qué suponen 400 euros aquí, en la ciudad donde yo vivo 800 gramos de pan (en una hogaza que por razones históricas se suele denominar "pan de kilo") cuesta 2,40 euros. Otro ejemplo: suelo hacer dos compras semanales de alimentación y otros productos del hogar, una pequeña entre semana, en el súper, para suplir cosas que sobre la marcha vimos que se agotaron; y otra el sábado, comprando carne, embutidos, verdura y fruta en la plaza y resto de productos en el súper. La primera compra me suele costar 20 euros y la segunda suele estar en torno a los 60 euros (mi familia consta de dos adultos y dos niños de corta edad). Eso me da un gasto, para artículos más o menos de primera necesidad, de unos 300 o 350 euros al mes. Es evidente que cobrando 400 euros al mes poca familia se puede tener, y el dinero se tiene que economizar al máximo. Comida la justa, poca ropa y poca cosa más. Si no se comparte vivienda con otras personas es imposible vivir: el alquiler más barato en mi ciudad está en torno a los 400 euros, a lo que habría que sumar gastos de agua, electricidad, contribución urbana... Gastos todos ellos que tienden a subir: después de haber subido por dos veces un 10% este año, se habla repetidamente queel precio de la electricidad aún debería subir en breve plazo otro 40%; en cuanto al agua, ya discutimos aquí los problemas de financiación del servicio de tratamiento del agua y la inequívoca tendencia a su privatización; y en cuanto a la contribución urbana, con una proporción alarmante de ayuntamientos españoles al borde de la quiebra no es menos razonable pensar que los impuestos municipales en general subirán. El problema no es específicamente español: en el Reino Unido la cuarta parte de los hogares vive en situación de pobreza energética (han de gastar más del 10% de su renta en energía - porcentaje llamativamente similar al que marca el umbral de la recesión en el caso de los países). En Francia, ya el año pasado había 300.000 abonados al borde del corte del suministro de gas, como denunciaba Quim en su blog. Y estoy seguro que no costaría nada compilar historias semejantes en Italia, Holanda, Bélgica, Alemania, EE.UU.... Es de destacar que en todos los casos los altos precios y los salarios menguantes son la causa de la exclusión de la proletarizante clase media al acceso a la energía, pero aún cuando la causa inmediata sea la crisis económica la causa mediata es, en realidad, la crisis energética, y al excluir esos consumidores se cierra el ciclo.


En reconocer que la crisis energética es la causa mediata de la creciente exclusión social es siempre lo más difícil, lo que más le cuesta de aceptar a la gente, tan fuerte es el discurso de corte economicista. Y sin embargo tiene todo el sentido del mundo. La primera cuestión es entender cuándo podemos decir que la energía es cara. Al fin y al cabo, es cierto que los productos energéticos son objetivamente muy baratos: a 100$ el barril de petróleo, un litro de petróleo cuesta poco menos de 63 centavos, unos 48 céntimos de euro a día de hoy - y no olvidemos que contiene la energía que un hombre joven, sano y fuerte podría hacer, si trabajase sin parar, durante 4 días y medio. Un kilovatiohora de electricidad cuesta en España unos 15 céntimos de euro y equivale al trabajo de 10 horas de ese hombre que citábamos antes: 3,3 veces más caro que el petróleo, pero aún así baratísimo. Y los precios del gas se mueven por valores similares a los del petróleo. Sin embargo, dado que la energía es precursora del trabajo, trabajo con el que producimos bienes y servicios, para seguir produciéndolos en el volumen y cantidad que los producimos hoy en día, y para poder conseguir los beneficios de la economía de escala, con todo su gigantismo operativo en aras de la reducción del coste unitario, necesitamos que el coste de la energía sea muy barato. Ya comentamos aquí que el precio máximo que un país industrializado puede pagar por su energía está alrededor del 10% de su PIB, y no por capricho sino por el imperativo termodinámico de mantener una Tasa de Retorno Energético (TRE) mínima. Así que superado ese umbral se ha de producir un reajuste en el sistema productivo. En alguna ocasión he escuchado que no debemos preocuparnos por los problemas causados por la crisis energética ya que el libre mercado se encargará por si sólo se ajustarse y resolver estos problemas. Y en realidad estoy de acuerdo: eso es exactamente lo que está haciendo el libre mercado. Aquellas actividades productivas menos competitivas, que tienen menos margen para reducir sus costes o menos capacidad para trasladarlos al precio final, van siendo poco a poco eliminadas. Eso va sumiendo a una cantidad mayor de población en el desempleo, con lo que se va reduciendo la cantidad de consumidores, con lo que otros sectores productivos van entrando en crisis, y más a medida que la escasez energética se va haciendo más intensa. Crisis energética que por el momento es meramente local: el consumo de petróleo cae a un ritmo medio del 3% anual en la OCDE (aún cuando la producción total de petróleo ha conseguido aumentar un poco durante los dos últimos años) de nuevo gracias a la eficiencia del libre mercado, que está trasladando el consumo a los países más eficaces: China, India, Brasil, Rusia, la propia OPEP,... Es por eso que a pesar de que la producción de petróleo no decae aún nosotros ya estamos sufriendo el Oil Crash. Y por supuesto no todos los países de la OCDE siguen el mismo patrón; también hay exclusión entre naciones y así es obvio que Alemania tardará más tiempo en seguir nuestro camino de pauperización. El paulatino fin de la sociedad industrial supondrá la desaparición del empleo por cuenta ajena a escala masiva.


A cada nuevo nivel de consumo de energía, cada vez más bajo, corresponderá una mayor proporción de población excluida socialmente. Gente sin empleo fijo, que tendrá que buscarse la vida como pueda. Algunos conseguirán subtrabajos con los que mal que bien mantenerse, sin protestar, sin ponerse enfermos, sin soñar con salir nunca del agujero; trabajarán en pequeñas fábricas que producirán bienes exclusivos para unos pocos, o en oscuras minas. Otros trabajarán en lo que salga, recogerán hierbas o setas para venderlas en la plaza o en los restaurantes o sacarán verdaderos tesoros de los contenedores o de los edificios abandonados o las chatarrerías. Otros improvisarán oficios, como remiendo de ropa o calzado, o boteros económicos, afiladores, ropavejeros... lo que puedan. Vivirán de la liquidación de los restos de la clase media, de los bienes que tenemos hoy en una increíble abundancia sin darnos cuenta: libros, juguetes, CDs, televisores, radios, ordenadores,... En el estado estacionario, al finalizar el proceso histórico de la Gran Exclusión, la gran masa de excluidos, el nuevo lumpen proletariado, sobrevivirá de su ingenio y de los excedentes de los pocos que seguirán siendo muy ricos por comparación con su entorno: aquellos que aún tendrán luz eléctrica y cocina de gas en ricas mansiones con altos muros, aquellos que aún tendrán capacidad de consumir, fundamentalmente por ser muchos menos. Algo no muy diferente a cómo era España en el siglo XIX, aunque con bastante más población, con lo que el nivel medio será bastante más bajo que entonces.



Ya hemos comentado algunas veces que nuestra interpretación de la realidad depende de la narrativa que usemos para describirla. Con anterioridad describí en este blog dos posibles escenarios para el desarrollo de la crisis energética, económica y social en la que estamos inmersos, denominados como el peor y el mejor de los posibles. La Gran Exclusión es, posiblemente, otro escenario como los anteriores, pero al contrario de ellos no contiene una narrativa heroica, de grandes eventos y luchas; es un escenario caracterizado por un lento apagarse, como la mecha que flota sobre un lecho de agua. El peor y el mejor escenario posibles son a su modo estimulantes y excitantes por lo épico de su relato, en tanto que la Gran Exclusión es una historia triste y mortecina, que no apetece ser contada. Queda por saber si La Gran Exclusión no es ni el escenario peor ni el mejor sino el más probable.

viernes, 18 de mayo de 2012

In the shadows


No dormiré,no dormiré hasta encontrar la respuesta.No pararé,no pararé antes de hallar una cura para este cáncer.
Y a veces,me siento deprimido y tan desconectado.De alguna forma,sé que estoy obsesionado con que me quieran.
He estado observando, he estado esperando en las sombras por mi turno.He estado buscando, he estado viviendo para el mañana toda mi vida.
En las sombras...
Ellos dicen... que debo aprender a matar antes de sentirme seguro.Pero yo... yo me suicidaría antes de convertirme en su esclavo.
Y a veces,siento que debería ir y jugar con los rayos.Porque de alguna forma, yo no quiero estar solo y esperar un milagro.
Después he estado caminando,caminando en círculos.Mirando, esperando por algo.
Sáname, tócame,siénteme,ven, llévame más alto...

Esta es la letra de la maravillosa canción del Grupo Finlandes "RASMUS" -In the shadows-


Ahora quiero hacer una reflexión en voz alta y que hará pensar a la gente que me conoce y lee que estoy "zumbado" u obsesionado, pero al igual que en la película Matrix, he comenzado desde hace tiempo a leer la situación desde otra perspectiva y la información que vosotros recibís distorsionada por los medios habituales, porque alguien lo quiere, para mi tiene otro significado, otra música, otro mensaje.

Estamos atrapados y estamos ya sometidos al shock, temerosos nos afanamos por repetir cosas y no ver la realidad que tenemos delante, nos han mentido, engañado e ignorado, nos han vejado, vilipendiado y robado, y cada día más. Las élites del poder han hecho que nuestros políticos mientan, que les regalen nuestro legado, nuestros ahorros y nuestras vidas. Los especuladores, los asesinos del comercio, brokers y otros les han hecho el trabajo más fácil y fundamentalmente la entrada en el Euro de 17 países en Europa.

Yo no pienso ser su esclavo, yo no pienso dejar pasar la ocasión de defenderme y de defender el futuro de mis hijos, yo me niego a pensar que lo tenemos todo perdido. Soy un luchador y creo en las alternativas que ofrece el mundo y las personas que viven en el.

La consciencia y la verdad que hoy estoy revelando harán que seamos algo más que borregos dejándose maniatar por unos pocos, en lo que ha sido la más horrorosa de las mentiras: nuestra supuesta democracia, solo así se entienden las guerras absurdas y la muerte de personas en terceros países.  Os pido que cuando toméis verdadera consciencia de cual es la situación, no os vengáis abajo y creáis que hay una lucha y un sendero común que seguir, la denuncia, la persecución de los malvados, su derrocamiento y la búsqueda de un camino que nos garantice a todos la felicidad ajeno a lo que ellos nos han pretendido hacer ver: La TV, los coches, mansiones, comida basura, la Champions y tantas historias.

Yo he sido su esclavo y al igual que vosotros he sido sometido, pero ya me he liberado y lo único que me queda es luchar y esperar que vosotros me ayudéis con vuestra nueva consciencia y a pesar del sacrificio y las muertes que tendrán lugar creáis que ese es el único camino, la única alternativa.

¿Y como luchar? Desde luego desde mi propio barrio: Informando e informándome de cuales son los verdaderos problemas de mis vecinos, cosa que como sabéis no hacen los políticos, que se atrincheran y esperan los acontecimientos. Mi misión comenzará con una asociación de vecinos en Laguna de Duero, no hay otra alternativa.