viernes, 26 de febrero de 2010

Aguas arriba y aguas abajo


No, no voy a hablar de procesos, ni de flujos industriales, aunque después de unos años pueda sentirme orgulloso de conocer a un cierto nivel de detalle como impactan en la gestión de una empresa.
Hoy toca hablar de la familia, de aquella que te ha dado la vida, los genes, la educación necesaria y los recursos para lograr independizarte y crear la tuya propia o una extensión de la que ya tenías.

Hay están los padres y los abuelos, en mi caso los maternos porque a los paternos les perdí cuando apenas tenía uso de razón. ¡Cuanto tengo que agradecerles a ambos!

Recuerdo la paciencia que han tenido conmigo cuando era pequeño y las oportunidades que me han brindado para disfrutar de todo aquello que humildemente estaba a su alcance para que progresase en la vida. Ahora que estoy en la plenitud de la vida y empezando a llegar a una cumbre denominada "los 40" es el momento de hacer balance y mirar hacia atrás, saber lo que he hecho, lo que he conseguido y valorar y agradecer a cuantos me han ayudado a formarme como persona.

Hay han estado siempre, como he dicho en un primer momento junto a mis abuelos y mis hermanos, formando una familia en la que no ha faltado nunca de nada, gracias al sacrificio de mi padre y a la brega de mi madre, aportando en cada momento el equilibrio y un extra de esfuerzo para que participásemos en cuantas actividades programaba la comunidad.

Tengo que confesar que siempre he tenido iniciativa para hacer aquello que me gustaba, de pequeño era bastante tímido, pero jamás retraído hacia las nuevas experiencias, muchas de ellas asociadas al deporte o a los estudios.

Quizás por ello y una vez terminados mis estudios superiores, decidí que con 23 años era el momento de buscarme la vida y destetarme (siempre digo que los jóvenes que se quedan en casa aún no están destetados, porqué les resulta muy cómodo tirar de los recursos y bondad de sus padres). Yo era feliz viviendo con mis padres y hermanos, pero entendía que debía experimentar otras cosas e iniciar mi vida en otras dinámicas.

Hasta en esos momentos mis padres se volcaron y me apoyaron, para mi fue un extra de confianza que supuso un soporte fundamental en mi vida.

Desde que soy padre hace ya 4 años y medio, me toca experimentar la vida de la familia aguas abajo ( Acordaros porque primero vuestra mujer rompe aguas) y se inicia la constitución de un nuevo núcleo familiar. Tus padres siguen teniendo mucha importancia, pero desde ese momento la pareja es el centro de todo, los que toman decisiones y los que establecen ciertas reglas por su futuro y por el de los que vienen y vendrán.

Espero que el tiempo no pase en balde y que en los próximos 10 años tenga la capacidad de ayudar a marcar un rumbo que nos permita a toda la familia disfrutar, experimentar cosas nuevas y positivas y sobre todo que nos mantenga unidos en lo básico.

Yes we can!


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