sábado, 30 de enero de 2010

Despegando


Cuando la energía rebosa y los motores están listos y ajustados llega el momento del despegue.
Volar nunca fue fácil para el hombre, un sueño en los inicios, una ilusión para quién lo hace por primera vez, y un verdadero problema para quién ha sufrido fuertes turbulencias ahí arriba.

En este momento estoy preparado. Hace ya once años que capitaneo una expedición que ha tenido sus aventuras, pero que no había ideado yo, en la que las decisiones importantes no las he marcado yo, pero que a pesar de ello, estoy satisfecho con los resultados obtenidos, ya que las decisiones más importantes y exitosas ideadas por mi parte fueron aceptadas por los comandantes de vuelo. Ahora tengo la necesidad de experimentar otro tipo de aventuras, en las que pueda contribuir a decidir el destino, las escalas y la ruta.

Nos encontramos ya en la pista, calentando motores para el despegue y con el equipo necesario para el mismo. Nuestra primera meta es hacer un vuelo de reconocimiento y ajustar la mecánica, antes de lanzarnos a expediciones más arriesgadas. No llevamos apenas peso, vamos ligeros y eso nos reconforta. Somos tres, a cada cual diferente, todos a una.

La primera misión, consistirá en reconocer el terreno, valorar posibles puntos de contacto, que se conozca nuestra misión y si se puede aterrizar en algún punto diferente del de despegue mejor, en algún punto en el que se haya valorado nuestro proyecto.

La emoción es como la de los chiquillos que van al circo por primera vez. A esta aventura la hemos llamado "Aprecia"

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