Hoy me ocurrió algo que no me esperaba. Alguien agredió mi mente, y no comprendió nada de lo que hasta hoy habíamos construido.
Es evidente que la confianza depositada y la verdad no son siempre compañeras y que la ingenuidad a veces me traiciona y me lleva
a distraerme de la cruda realidad.
¿Como contarle al lobo que voy a casa de mi abuelita? y ¿como podría entregarle el mechero al que tiraría el primer petardo?
Simplemente porque confiaba en que no se comería a la abuelita o que lo utilizaría para otro fin.
Andaté con ojo y no confíes en lo que hace tu mano izquierda, me dijo mi abuelo y que razón tenía.
WOOO SI UNA BUENA LECCION NADIE ENTIENDE QUE SIN CONFIANZA NO HAY NADA LO MALO QUE RARAMENTE ES MUTUA
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