Soy la hoja de un árbol que cayo en un arroyo y que tiene como destino el mar, aquella que durante años quedo varada junto a una orilla y que a punto estuvo de detenerse allí para siempre. Fluir, ese es mi camino, fluir porque la esencia de todo es dejarse llevar por la intuición de que lo mejor esta por llegar, como si supiera que el destino me devolverá con creces un regalo con la apuesta de seguir ese curso salvaje y difícil.
Disfrutar del cálido sol que me golpea cuando cabalgo entre las orillas de este maravilloso rio donde ahora me encuentro, oír silbar al viento y elevarme para evitar los sobresaltos del cauce provisto de ramas y troncos que evitarían mi fluir, provocar a todas aquellas hojas que veo todavía atadas a sus respectivas ramas y cuyos arboles están podando o que atrapados en la enfermedad ven agotar sus días.
El arco iris se poso un día en mi y me ilumino como nunca jamas pudiese haber imaginado, desde ese día disfruto igualmente la lluvia que las tardes templadas que aguardan un suave atardecer, desde ese momento mi contacto con el agua fresca de este afluente es mas intenso y los brotes de felicidad y paz inundan y desordenan de mi memoria los habituales momentos de hastío que vivi antes de soltarme de las ramas de ese otro árbol que me había tomado por suya.
Durante este trayecto soy mas consciente de lo que soy y de lo que pretendo ser: la hoja que lleva esa semilla en su interior y que se alzara antes de llegar al mar, para fundar un bosque de amor junto a el; un excelso campo verde me espera para acogerme y refundar algo maravilloso. Soy solo una hoja, pero potencialmente me siento ya un bosque ¿Alguien lo entiende?
Solo mi amor por llegar a cumplir ese sueño, mi determinación en lograrlo, junto con el disfrute del trayecto, proyectan en mi un poder increíble. A veces siento que una parte de Dios esta en mi tallo, tantas veces golpeado en el pasado y mordido por algún pez en este percorso.
Me siento con fuerzas para continuar, para mostrar a otras hojas y juncos que se puede llegar lejos y que los sueños se pueden hacer realidad si te lo propones y que posponer o postergar no tienen razón con el ahora, con el presente, con la evolución hacia algo mejor, como si no supiera que el presente es el pasado (causa) del futuro.
A veces sueño con un golpe de viento que me permita ganar un año, pero me perdería por el camino la posibilidad de disfrutar de todos estos parajes tan bellos.
La vida esta en mi y yo soy mi propia esperanza, ¿que puedo hacer contra eso sino fluir?
Algunos me dicen que siendo solamente una hoja, sueño demasiado, pero cuando los pájaros cuentan a las otras plantas y arboles mi determinación y donde me encuentro, me siento bien, a pesar de que la mayor parte de ellas y sus respectivas hojas siguen sin entenderme y creen que desperdiciare mi tiempo. Otras me comprenden y hasta he logrado que alguna me imite y me acompañe paralelamente con su fluir, aunque el compás del vaivén no sea el mismo.
Yo solo puedo decir que el simple hecho de fluir,de sentirme libre y de haber actuado de acuerdo a mi elección me permite vivir plenamente. Con esto no quiero juzgar a las demás hojas, seria muy osado pero si declararlas que mi camino es tan digno o mas que el que eligieron ellas aferradas a su árbol.
En ese camino no estoy solo, ya que hay muchas otras hojas a las que espera su campo en el cual germinar, a las que deseo lo mejor y que puedan cumplir sus sueños.
Solo espero que si llega ese momento, puedas estar tan cerca como para contemplar la belleza de la vida y de la naturaleza en el éxtasis del amor, ya que lo habré dado todo, hasta mi muerte por un mundo mejor y en el que las hojas de dicho bosque tengan la posibilidad de contemplar sin tanto riesgo el océano, sentir su brisa y reconocer el rio por el que llegue para darles a ellas esa divina oportunidad.
Y si la brisa del océano es tan solo una milésima parte de suave como ya la siento, y si los pájaros que oigo cantar en mi futuro bosque fueran la mitad de los que habitan en mi mente, y si el silbido de las futuras hojas confeccionase una canción cuya melodía estuviese algo desafinada respecto a la música que ahora siento: hubiese merecido la pena.
Hoy volví a soñar y me di cuenta que así encontré la fuerza para luchar, y que sin ella no podría haber logrado conjuntamente a mi determinación fluir tan suavemente. Ha sido un placer detenerme este momento y soltarte esto, pero yo debo continuar mi camino.¡ hasta pronto!
Josian
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